Madison tenía once años cuando fue secuestrada. Es una niña viva, alegre y divertida que desde muy pequeña ha desarrollado una fuerte personalidad, repleta de imaginación y creatividad, y que incluso en esta situación dramática, encerrada en la casa de su secuestrador, no pierde el optimismo.
Durante los casi cinco años que dura su encierro, se desahoga escribiendo sin censura un libro que es su vía de escape y la única posibilidad de sentirse libre; describe al detalle sus sensaciones, la añoranza de sus seres queridos, su sorpresa por el gradual paso a la adolescencia…y todas las mil y una extravagancias que se le ocurren.
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